viernes, 27 de marzo de 2015

El otro día vi... Allende en su Laberinto

Cinta que retrata las últimas horas tanto de Salvador Allende, como de su presidencia. Sus miedos, dudas e inquietudes que lo atormentan en una cuenta regresiva a lo inevitable.

Imagen: Zetra Films - La Taguara Fílmica.
Es 11 de Septiembre de 1973, el ese entonces presidente de Chile, Salvador Allende, comienza a enterarse que hay problemas. Pasando el tiempo, no queda más que aceptar que su ideal de gobierno tiene las horas contadas. Mientras todo esto ocurre, sus temores y más profundos pensamientos se revelan contra él y sus ideales.

Fuera de todo el tema político que puede alcanzar y conlleva este film, la película es un flaco favor a la imagen de Salvador Allende. Las dudas que tenía al ver el trailer pronto se acrecentaron y terminaron por darle la razón a mi prejuicio. Se nota que no es lo mejor que se puede mostrar, en conjunto con actuaciones muy mediocres. Los únicos que sobresalen son Daniel Muñoz y Alien Kuppenheim; Muñoz con una buena interpretación de Allende, que resaltaba aun más en escenas de carácter personal, y Kuppenheim con una correcta Payita.

A lo anterior se suma una dudosa edición de las escenas. Al principio se mostraban unos primeros planos bastante fortuitos al rostro de Daniel Muñoz. Se intenta hacer énfasis con unos planos continuos que más parecían que se les estuviera cayendo la cámara. Habían serios problemas de continuidad entre escenas y más en cima, algunos escenarios se notaban baratos. Hablar de los efectos me parece irrelevante, ya que solo se usan para recrear la instancia.

Es obvia y notoria la falta de presupuesto, pero de las decisiones que se pudieron haber tomado, siento que fueron las peores de entre todas. Realmente pensé que al hacer una película en base a esta historia tan importante y con estos personajes podría haber sido una buena reivindicación de la imagen de Allende en el cine -que solo tiene un documental a penas. Pero no, la película cae en todo lo que podía caer. Explicaciones y escusas pueden haber muchas, pero el daño está hecho.

Debo hacer un punto aparte a un tema que me parece raro e inexplicable como fue el uso de imágenes reales de Allende a lo largo de la película. Daniel Muñoz, por mucho que interprete a Salvador Allende, no dejaba de ser Daniel Muñoz interpretando a Salvador Allende. No tienen mucho parentesco físico, aunque fácilmente se pudo haber pasado por alto, pero el uso de esas imágenes lo único que hacían era decirnos una y otra vez que Muñoz no se parece a Allende.

Un lástima que Miguel Littin, uno de los mejores directores que tenemos en Chile -si no el mejor-muestre este tipo de trabajos. Algunos tratan, con mucho esfuerzo, de arrinconar los aspectos negativos para sacar los mejor que trae esta cinta, pero quien la vea notará los grandes problemas que tiene y los pocos pero importantes aciertos que posee. Es triste que la oportunidad de mostrar al ex presidente en la pantalla grande se vea opacada por "problemas de presupuesto" o "problemas en el doblaje".

Lo Memorable:
  • Aline Kuppenheim.
  • Daniel Muñoz (si, después de Kuppenheim).
  • Llevar la imagen de Allende al cine.

Lo Olvidable:
  • Actuaciones mediocres.
  • Escenarios.
  • Edición cuestionable.

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