martes, 11 de junio de 2013

Play Station 4, la gran ganadora de la E3

     Microsoft fue la primera en exponer este lunes 10 de junio en el marco de la E3 (Electronic Entertaiment Expo, para los poco entendidos), quizás fue por la adrenalina, la ansiedad, su psicodélico color verde brillante o la consecutivas bombas que nos tiraban como un nuevo Killer Instinct, pero algo tuvo esa conferencia que me emocionó, me hizo sentir esa piel de gallina tan rara por la simple ñoñería de ver esos estrenos de los ya clásicos y los nuevos proyectos.

     Ya sabíamos cual era su hardware, se mostró en un evento unas semanas atrás, el que fue extremadamente criticado, por ser muy enfocado al público gringo y tener poco gameplay. En el sentido del hardware no podía ya impresionarnos, era muy similar al de la PS4, totalmente esperable por este cambio de generaciones, pero la falta de gameplay dio esa saliente por la cual ellos esperaban salvar esta E3. Varias voces ya contaban que esta sería la 'peor E3 de la historia', pero con apenas 20 minutos de Xbox One muchos se tragaron sus palabras, para que decir al finalizar la escueta hora y media que se extendió. Juegos aquí, juegos allá, gameplay, trailers y 'sorpresas' de todo tipo. La conferencia te inspiraba a olvidar todo y elegir rotundamente la Xbox One como tu próxima consola.

     Luego fueron Electronics Arts y Ubisoft. Como son dos compañías productoras de videojuegos no se le tomó mucho en cuenta, los mismo juegos que ellos muestran, Sony y Microsoft se pelean por tenerlos en exclusiva. No hay mucho que decir.

     El día pasaba y quien quedaba para mostrar sus atributos era Sony. Tenía grandes cosas para ganar: mostrar oficialmente su nueva consola, ya que el evento que realizó anteriormente fue considerado el fail del año, porque habló y habló de los beneficios y gran calidad de su consola ¡pero nadie nunca la vio! Este era el momento de redimirse. También tenía a su favor un catálogo de juegos muy esperados y con mucho hype. Todo podía estar a favor de Sony, pero su conferencia fue en extremo lenta, muy aburrida, no habían pasado media hora cuando empecé a ver mi reloj reclamando que no habían dicho nada. Microsoft en 20 minutos ya nos tenía rendidos a sus pies, Sony se acercaba a la hora de conferencia y no calentaba a nadie. Avanzó lentamente pero a su ritmo, el cual el público se terminó por acostumbrar. Varios juegos, un par de fails bastante grandes (se simuló jugar una demo, nos engañó a todos, hasta que el "gameplay "se quedó pegado. FAIL), pero de a poco nos fue cautivando. Cuando ya era el tiempo exacto para dar grandes anuncios, los dieron. Sony no se prestaría al juego de la mafia de las consolas y dijo firme: en PS4 se permiten los juegos usados y no hay conexión a internet obligatoria. Los aplausos fueron inmediatos. Y con esas simples afirmaciones se ganaron al público. Pudieron haber anunciado The Last Guardian, pero bueno...

     Ya pasada la conferencia y las emociones termino pensado en lo que significa de verdad negarse al DRM y a la conexión permanente. Negarse a bloquear juegos usados es algo tan estúpido como conectarse una vez al día para poder jugar. Existe gente que no tiene internet en su hogar, al igual que existen jugadores que les cuesta poder comprarse a penas un juego. Negar a que uno de tus amigos te preste ese juego que tanto quisiste jugar no debe ser decisión de una empresa, no pueden negarnos la posibilidad de jugar por una banalidad como la conexión a internet o si el juego fue puesto por otra persona antes que tú en otra consola. Sony ganó no por tener más juegos, tener más exclusivas, por tener más hardware o por emocionarnos más, ganó por respetar los derechos de los jugadores, el derecho de compartir con nuestros amigos.



     En estos tiempos en que todo es social, todo se comparte y difunde por las redes, resulta realmente irónico que no podamos compartir/prestar un juego de forma física porque a un mal asesor se le dio la gana. Prestar los juegos a nuestros amigos o comprar un juego de segunda mano no debería ser un tema para que las compañías se sientan con el derecho de regularlo (por no decir prohibirlo), tanto se enfocan en estas malas estrategias que no piensan en sus consumidores. Ahora que Sony ya dijo que no seguiría el jueguito, Microsoft no le quedará de otra que retractarse de sus palabras o por lo menos reconsiderarlas. No se van a dejar adelantar por esos estúpidos detalles y les quedará de lección: los simpáticos botones 'Share' son más que un par de bits en una red social.

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