lunes, 20 de febrero de 2017

El otro día vi... Sing Street

Era una cálida noche de enero, el viento soplaba, mis amigos carreteaban, mi perro dormía y yo revisaba el catálogo de Netflix. Había ya malgastado algunas horas de sueño, por lo que terminé eligiendo esta película que, desafortunadamente, no llegó a mi cine local. Ya había escuchado algo de ella, como que la dirigió el mismo director de Begin Again (Empezar Otra Vez), la cual no me gustó demasiado por el sentido tan romanticón de la trama, pero vi que los protagonistas eran puros cabros, así que le di la oportunidad.

El director, Jhon Carney, trae nuevamente su estilo de película musicalizada, la cual le valió una nominación a los Globo de Oro, así que ya sabemos más o menos la calidad de lo que nos fumamos, pero ¿Qué es lo bueno de la película? ¿Por qué le debo hacer caso a este Pasalacua aspiracional? ¿Vale la pena gastar mi tiempo? Pues veamos.

Sing Street es una película drama/comedia/musical que trata de un cabro que intenta hacerse el lindo con la chiquilla que lo pesca menos que la Dulce Princesa a Finn, por lo que él la invita a ser actriz del próximo video clip de su banda (Spoiler: no tiene una banda), es por eso que junta un grupo de amigos para crear una y de paso coquetear con la cabra.


Lo que más puede llamar la atención de la película en general es que se ubica en la mágica tierra del duende verde, Irlanda. El director es irlandés y se nota el cariño y dedicación hacia lo que hace, sabe qué lugares usar y mostrar, la idiosincrasia de ese tiempo y más detalles de esa índole. Y bueno, lo más importante de la peli en sí: la música también es de lo mejorcito que puedes encontrar, una importante presencia de éxitos del ayer y de hoy como Duran Duran, A-ha, The Clash, The Cure y varias legendas más (se agacha a recoger el carnet).

Las actuaciones están a la altura de lo que se quiere lograr y me gustaría hacer énfasis en el hermano de 'Cosmo', Brendan (Jack Reynor) que es un motor de la trama tardía y que destaca muy bien en su papel. Además, se siente el buen feeling de la banda, como si se conocieran hace tiempo. Quizás las actuaciones no son las más memorables, pero la sinergia entre ellos si lo es. Por otro lado, tanto el diseño de producción, como el vestuario conjugan con el escenario y con el producto final que se logra.
  
"Y si es tan buena ¿Por qué no está en los Oscar?"


Aunque posea cosas buenas, sufre de otras. El ritmo de narración no es parejo y hay escenas que hipnotizan, como están las que sacas el celular por lo lenta que se pone. Y se acentúan en los últimos 30 min, combinando partes de imaginación con reales, que termina por ser algo raro frente a todo lo que se vio anteriormente.

Pero ya como raya para la suma, la película es buenísima, música tan nostálgica como actual, un producto hipnotizante y de historia interesante. A veces el ritmo acusa las escenas de relleno, pero se encamina a un resultado más grande que la suma de sus partes. No hay excusa, aplique Netflix no más.

Calificación: 7/10




Memorable

  • Música, gran selección de clásicos y estilo.
  • Ambiente y puesta en escena.
Olvidable
  • Ritmo que acelera y desacelera.
  • La temática no es algo que pueda ser cercano a muchos.